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EF: ¿Cuál es su rol en la Asociación Mexicana de Diabetes y cuál es el objetivo de la asociación en el panorama de salud en México?
GA: Desde el 2013 tengo el honor de ser la presidenta y directora de La Asociación Mexicana de Diabetes en la ciudad de México, organización que fue creada en 1989, hace 35 años con el objetivo principal de desarrollar herramientas de autocuidado en las personas que viven con cualquier tipo de diabetes y sus familiares, a través de la educación y la capacitación sobre el tema.
Lamentablemente, en México tenemos cifras muy altas de personas ya diagnosticados que evolucionan muy rápidamente a complicaciones, por falta de diagnósticos tempranos, seguimiento y educación. El problema principal es la falta de empoderamiento. Una persona que sabe lo que tiene que saber sobre su autocuidado se convierte en responsable de su salud.
El cuidado de la diabetes tiene que ver con estilos de vida saludable, al adecuado manejo de stress, a el acceso a el tratamiento completo y adecuado, a informarse sobre las nuevas tecnologías que hoy pueden mejorar la calidad de vida significativamente. Sin embargo, el acceso a estas necesidades básicas, la atención no siempre llega al paciente en el momento correcto, el gasto del bolsillo es tan alto que se convierte en el principal reto para tener adherencia adecuada.
Nuestros programas educativos en la asociación se enfocan en capacitar a profesionales de la salud, a través de nuestro diplomado de Educador en diabetes, capacitamos también a médicos de primer nivel de atención para el paciente de autocuidado a pacientes y sus familiares con diabetes tipo 1 y 2, mediante talleres y jornadas de salud. Nuestro campamento Tonalli que tiene como objetivo principal que los niños y jóvenes con Diabetes tipo 1 aprendan a ser autosuficientes a través de la educación y que tengan herramientas para el empoderamiento y toma de decisiones de su condición, con apoyo de sus familiares. Así, con estas necesidades visibilizadas, exhortamos en políticas públicas la importancia de la diferenciación de las diabetes para que cada una sea tratada adecuadamente.
EF: ¿Cómo cooperan y forman alianzas con el sector privado y público para coordinar el acceso a las tecnologías, teniendo en cuenta el costo que pueden tener?
GA: Hacemos alianzas con el sector privado para que la población conozca las nuevas tecnologías y los tratamientos de última generación, así como el uso de insulina sus tiempos de acción. Gestionar la diabetes es más fácil que antes, porque la mayoría de los nuevos dispositivos disponibles varios tienen aplicaciones que ayudan a gestionar a los pacientes y así poder decidir mejor sobre el manejo de la glucosa.
Junto al aval y la larga experiencia del Dr. Enrique Pérez Pasten, hemos creado un diplomado en México, orientado a formar a los profesionales de la salud para ser educadores en diabetes. Nuestro modelo intenta ser constructivista en educación; el profesional acompaña con un programa educativo individualizado al paciente, a sus cuidadores y a su entorno, para que sean ellos los que gestionen de manera inteligente las herramientas de autocuidado. Hemos logrado muy buenos resultados a través de los programas, logrando una mejor comunicación entre doctores y pacientes y una mejor gestión de su condición. Un paciente informado y esperanzado es más positivo y estable.
EF: ¿Cómo se involucra la Asociación Mexicana de Diabetes con las comunidades para terminar con el estigma de la diabetes y acompañar a los padres con hijos con diabetes tipo 1?
GA: Nuestro corazón está montado en un campamento de niños con diabetes tipo 1 y es prácticamente el motivo del nacimiento de la asociación Trabajamos con padres de familia a través de la comunidad Tonalli; un campamento de verano donde acuden niños y profesionales de la salud para aprender los comportamientos y romper los mitos sobre la enfermedad.
Además, trabajamos con los padres a través de la educación y un diplomado creado específicamente para ellos. Los padres de un hijo con diabetes tipo 1 se convierten un día para el otro en profesionales de la salud informales lidiando con situaciones agudas, como la hipoglucemia. Son situaciones que crean una carga emocional y gastos de bolsillo, donde afortunadamente iniciativas privadas apoyan con dispositivos, tiras reactivas e información para proteger a familias.
Es un trabajo de hormiga modificar los factores de riesgo, pero una vez que la persona aprende hábitos más saludables en alimentación, ejercicio y autocuidado, las conductas se pueden modificar y el conocimiento se puede transferir de manera rápida.
EF: México es un país de grandes extensiones y mucha población, ¿cómo ayuda la asociación en promover e incrementar los diagnósticos a los pacientes en el tiempo correcto?
GA: Realizamos jornadas de salud y tenemos alianzas con el sector público. En la asociación siempre tenemos una mesa con glucómetros y tiras para que las personas que nos visitan puedan conocer sus cifras de glucosa. Así como tenemos programadas jornadas de salud visual donde ofrecemos retino grafías gratuitas. En los últimos años hemos realizado Jornadas de Salud enfocadas a la Obesidad para dar asesorías gratuitas y ofrecemos programas de nutrición. Tenemos estructurados cursos y talleres para hablar sobre los factores de riesgo e impulsar el diagnóstico temprano en cualquier complicación que se pueda detectar.
Desde el 2020, realizamos campañas de vacunación, para impulsar que los pacientes con enfermedades crónicas tengan esquemas de protección.
EF: En sus políticas públicas como la ley de 1000 días México pone un cuidado especial en las personas gestantes y las primeras infancias. ¿Existe un acompañamiento de parte de la asociación para el grupo de riesgo de las embarazadas y la diabetes gestacional?
GA: Diferenciamos la diabetes en tres tipos: diabetes tipo 1, diabetes tipo 2 y diabetes gestacional. La diabetes gestacional está muy poco visibilizada en nuestro país y es un grave problema, debido a que un gran número de jóvenes y niñas (en muchos casos con obesidad) se embarazan y evolucionan con diabetes gestacional sin ser diagnosticadas a tiempo. Esto pone en peligro a la madre y al bebé por eso es importantísimo informar sobre los análisis que se tienen que realizan en el periodo de embarazo para tener todas las medidas posibles de protección para el bebe que se está gestando. Cuando son atendidas tardíamente, tenemos ya dos problemas mayores, la madre avanzando a diabetes tipo 2 y el niño presentando factores de riesgo.
Hacemos campañas todo el tiempo a través de nuestras redes sociales para visibilizar el tema e informar sobre la prevención y su cuidado de los diferentes tipos de diabetes. Acompañamos a las madres con programas de nutrición. Por otro lado, hemos impulsado el programa de los primeros mil días del bebé, la importancia de la lactancia materna y la importancia de los esquemas completos de vacunación.
EF: ¿Cuáles son sus pilares básicos para lograr un sistema de salud más accesible, justo y sustentable en México?
GA: Hemos perdido de vista que el primer actor es la persona que vive el padecimiento. Tenemos que proteger y empoderar a las personas con enfermedades crónicas, porque cuando no están informados sobre lo que tienen que saber para su cuidado, se vuelven personas pasivas. Me parece que la corresponsabilidad ayudaría para que se exijan cambios en el sistema de salud.
En el proceso de diagnóstico de enfermedades crónicas, el paciente debe y comprometerse y cuidarse. Para que las personas que viven con padecimientos crónicos sean activos y estén empoderados es vital la educación: no tendremos salud sin un modelo educativo. El reto es que el paciente crónico pueda sentirse paciente abandonado, se sienta reconocido y protegido ante el sistema de salud. Es un proceso en el que todos los actores de la salud debemos participar y cooperar.
Hoy sabemos que tenemos que apostarle a la educación en la salud mental, ya que el proceso de un padecimiento crónico requiere contención y siempre estar revisando los esquemas de avances en el tratamiento.
EF: ¿Tiene un mensaje final para compartir con nuestros lectores?
GA: En la salud, todos somos pacientes; en algún momento todos estaremos del lado del paciente. Somos todos parte de este gran telar y debemos tejer más empáticamente. La vida camina con la enfermedad y necesitamos ser más sensibles al respecto, para lograr un mundo más equitativo y democrático.
