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EF: Los dos últimos años han sido de transición para México, con el cambio de gobierno y ahora COVID. ¿Crees que la pandemia provocará grandes cambios, habrá nuevos modelos tácticos o estratégicos?
VDE: Esta pandemia esta provocado grandes cambios, el mundo no será igual aunque aún no sabemos cuáles serán los cambios.. Después del atentado a las torres gemelas del 2001 se produjo un gran cambio en la manera de viajar, en la seguridad en los aeropuertos. Hoy, trabajar desde casa parece ser el gran cambio aunque yo personalmente no estoy seguro de ello, más bien creo que habrá cambios en las cadenas de suministros. Muchas compañías tanto americanas como europeas han transferido su producción o su compra de materia prima a China y esta crisis ha demostrado lo vulnerable que son las economías occidentales a esa dependencia, no porque China les ha negado el suministro sino porque la cadena de suministro se ha visto afectada por diferentes razones. Otro cambio posible quizá sea la forma de interacción con el médico, no totalmente eliminado la visita física -no veo al médico conforme manejando solo por medios audiovisuales- pero creo que recurrirán más a este tipo de contacto aunque no sustituirá completamente la clásica visita al médico. México no es un mercado proclive a la tecnología, es más bien conservador y no veo la velocidad de cambio que mucha gente está anticipando.
EF: ¿Cuáles son las lecciones aprendidas desde Europa en administración de empresas?
VDE: Los europeos en general fueron muy escépticos, ingenuos incluso, para evaluar el tamaño del riesgo de una pandemia, no tomaron medidas preventivas, y al no evaluar correctamente el riesgo no estaban preparados a combatirla. Cuando existe una crisis de esta magnitud, hay que planificar por si nos toca a nosotros. En la cultura occidental hablamos de mitigar el riesgo pero no he visto que se tenga planes de contingencia para el riesgo, el caso de Boris Johnson en el Reino Unido es un claro ejemplo de no mitigar riesgos. La humanidad tendrá que enfrentar a futuro que el gran riesgo a la humanidad no serán bombas